Al final la lluvia no perdonó y en la ría de Gernika, Kike, que llevaba una sombrilla en la furgoneta, nos protegía de esta guisa a Óscar y a mí mientras arañábamos alguna especie más para la lista.
Agradecemos desde aquí la desinteresada labor de nuestro flamante chofer, "El Gran KIKE" que además de poner vehículo y conducir incansablemente, animó el cotarro sin descanso.
miércoles, 4 de mayo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario